miércoles, junio 10, 2009
JESUS ALFONSO MIRO' -LA RUMBA DE LUTO
El compositor y percusionista Jesús Alfonso Miró, director musical de Los Muñequitos de Matanzas, murió la víspera a los 60 años de edad en su ciudad natal, informó la agencia oficial Prensa Latina.
Nacido en el barrio de la Marina, en Matanzas, Miró se inició en la música y el baile a los siete años con la comparsa La Imaliana, fundada por su padre y por Félix Vinagrera. Durante un tiempo integró la Orquesta de Música Moderna de su ciudad y el grupo Papa Goza.
En 1967 asumió la dirección musical de Los Muñequitos, con los que recorrió casi todos los continentes y brilló en los escenarios. Su obra como compositor fue vital para el grupo, en cuyo repertorio figuran piezas como Congo Yambumba, La Llave, Lengua de Obbara o Saludo a Nueva York, entre otras.
A juicio de la especialista Cary Diez, "el nombre de Miró está, sin lugar a dudas, junto a los de otros grandes de la música cubana" como Chano Pozo, Tata Güines o Papin. "Jesús fue a la rumba lo que Miguelito Cuní o Chapotín al son. Le dio toda su vida", añadió.
La rumba cubana está de duelo, el director musical y quinto de la agrupación “Los muñequitos de Matanzas”, Jesús Alfonso Miró, fue sepultado el jueves en Matanzas, su ciudad natal a la edad de 60 años.
Los compases de la rumba o conga que tantas veces interpretó acompañaron el féretro de Jesús Alfonso Miró, compositor y percusionista excepcional al tiempo que director musical de la agrupación “Los Muñequitos de Matanzas”, y copartícipe de otras agrupaciones como la orquesta de música moderna y el grupo de Papá Boza en su ciudad natal o el país.
Pocas veces me ha impresionado tanto el aplauso póstumo dado al artista de fama mundial que deja su impronta entre los rumberos del orbe por sus composiciones. De ellas se destacan Congo Yambumba, La llave, Chino Guaguao, Lengua de Obbara y Saludo a Nueva York, incluidas en las grabaciones de Los Muñequitos, y de músicos del continente como Eddy Palmieri quien le elogia mencionándolo como un imprescindible de la música del continente...
Nacido en Matanzas participa desde los siete años de edad como bailarín primero y músico después a la comparsa “Las Imalianas”, fundada por su padre y por Félix Vinagera en 1952. Desde el año 1967 se integra a Los muñequitos de Matanzas donde tuvo la satisfacción de ver premiadas las interpretaciones colectivas con los Grammy latinos a ellos otorgados a finales del siglo XX y principios del XXI.
Siempre profesó un profundo respeto a su colectivo recordando siempre su raíz rumbera y su estirpe musical.
Jesús Alfornso Miró perteneció a la sociedad matancera Efi Orondó Itá Ibekó, siendo respetuoso portador de la regla de Osha.
La cuna de la rumba lloró en su estilo, llevando al féretro hasta el cementerio con la interpretación de la música que les nace de lo más profundo de su ser a sus más íntimos amigos rumberos. Fue un adiós al Jesús Alfonso alfabetizador integrante de las brigadas Conrado Benítez, el percusionista que viajó por el mundo y siempre regresó a su barrio en la Marina, a los amigos de la ciudad que le otorgó la condición de hijo ilustre y lo reverencia, aplaude y le cantará por siempre en el futuro. (TVY) (05/06/09).
La rumba de luto en toda Cuba
Durante más de 24 horas los tambores de la agrupación de música afrocubana no dejaron de sonar y una concentración popular acudió a dar el último adiós a Alfonso, percusionista y compositor de numerosas piezas que conquistaron el escenario de varias naciones.
Diosdado Ramos, director general de Los Muñequitos de Matanzas, dijo en declaraciones exclusivas a la AIN que con el deceso de Alfonso, esta prestigiosa institución y la cultura cubana pierde a unos de los más grandes músicos y rumberos en la historia de ese género ancestral.
Hombre de principios y valores, perteneciente a la sociedad Efi Irondó Itá Ibekó, portador de la regla de Osha en Matanzas, Jesús Alfonso fue profesor y guía de la nueva generación de Muñequitos, respetado y querido por sus compañeros y por el pueblo de la Atenas de Cuba.
Ramos aseguró que por el fallecimiento reciente de Esteban Vega (Chachá), Tata Güines, Ricardo Papín, y ahora Alfonso Miró, la rumba y percusión en Cuba visten de luto, pero los que quedan y vendrán tendrán la responsabilidad de que perduren las raíces. Los tambores no cesaron de repiquetear, por momentos, eran lamentos por la pérdida de alguien que supo tocarlos con absoluta entrega y fidelidad, en otros la rumba, después el toque a Changó, los coros, el sagrado Batá….
El barrio de la Marina, en las márgenes del río Yumurí en Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana, despidió al mediodía de este jueves a Jesús Alfonso Miró, uno de los más grandes rumberos, percusionista y compositor de todos los tiempos.
Justo en el sitio donde hace casi 57 años nacieron los afamados Muñequitos de Matanzas, el féretro fue llevado en hombros.
En La Marina se juega dominó, se bebe ron, permanece abierto un consultorio del médico de familia, se baila rumba, suena un teléfono celular, se toca un bembé o se rinde culto a los ancestros. Ahora le dijeron adiós, en concentración popular a Jesús Alfonso.
Desde el año 1967 Jesús se desempeñaba como el director musical de Los Muñequitos y fue “el quinto” que retumbó en escenarios de Bélgica, México, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, España, Canadá, desde el Occidente hasta el Oriente en esta Isla y otras naciones.
Para Vivian Ramos, bailarina de la agrupación afrocubana desde los seis años de edad, hoy consagrada en el género, Jesús deja su impronta y de ahora en lo adelante Los Muñequitos llegarán más lejos y sus ritmos ancestrales cobrarán más fuerzas, porque siempre los acompañará.
Freddy, actual quinto y también compositor de Los Muñequitos de Matanzas, hijo mayor de Alfonso, secó las lágrimas para afirmar que su padre trasmitió ímpetu y confianza a la hora de ejecutar el difícil instrumento de percusión.
Jesús Alfonso fue maestro en las montañas cubanas durante la campaña de alfabetización en Cuba, hombre cabal, padre, portador de la regla de Osha en la religión afrocubana, y percusionista y compositor por excelencia.
Fiel al legado de la rebeldía trasmitida por los negros esclavos, y de la luz redentora que acabó con la explotación en la Isla, hace medio siglo.
Entre el incansable toque de los tambores, en la necrópolis local, la tierra acogió al rumbero. El barrio de La Marina, a orillas del río Yumurí despidió a unos de sus hijos. La rumba hoy está de luto en Cuba. Mañana volverá por los ancestros…(AIN)(05/06/09).
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