miércoles, noviembre 30, 2005


DAMASO PEREZ PRADO

Dámaso Pérez Prado

Pérez Prado musicalizó la vida nocturna de una época definitiva para la música popular de latinoamérica y en nuestros días sigue siendo la pista sonora de muchas de nuestras nostalgias. Durante toda su vida Dámaso Pérez Prado fue al mismo tiempo que una figura pública, un verdadero misterio en cuanto a sus datos personales. Como ejemplo tenemos el hecho de que existen cuando menos 5 ó 6 versiones de su fecha de nacimiento. La más aceptada es la del 11 de diciembre de 1916. De lo que sí podemos estar seguros es de que nació en Matanzas, Cuba, en la misma Matanzas que fue cuna de Miguel Faílde, el creador del danzón. Es ahí donde comienza a estudiar el piano y donde hace sus pininos profesionales con algunas de las orquestas locales hasta que en 1940, todavía adolescente, se traslada a La Habana para buscar fortuna en el mundo de la música.
Cuando el joven Dámaso llega a la capital de Cuba, La Habana era ya un centro importante del entretenimiento a nivel continental, viviendo intensamente la llamada época de oro del son cubano. El joven pianista consigue pronto colocarse en algunos grupos musicales que tocaban en lugares famosos de esparcimiento nocturno como el Pennsylvania o el Kursal, abriéndose paso en el competitivo mundo musical.

Es en una de estas agrupaciones que conoce al cantante Orlando Guerra, que la escena musical conocía mejor como "Cascarita", y por recomendación de él, en 1942, entra a una de las mejores agrupaciones de la isla:
la orquesta Casino de la Playa. Durante varios años la Casino de la Playa sirvió como un laboratorio para que el arreglista y pianista matancero experimentara con nuevas sonoridades y estructuras armónicas, incorporando algo del jazz que para esa épocas estaba también en una época de cambios importantes.
Pérez Prado, apoyado por su trabajo en la Orquesta Casino de la Playa, llegó a México con apoyo de algunos de sus compatriotas que se encontraban ya establecidos, como Ninón Sevilla, Benny Moré y Kiko Mendive. Al poco tiempo forma una orquesta con la instrumentación del tipo de las grandes bandas de jazz, adicionadas con la imprescindible percusión afrocubana, creando un sonido que sería desde entonces su sello y con el que crearía el estilo del mambo, en donde el verdadero solista es la orquesta.
Desde ese momento el mambo se convirtió en la gran atracción del sexenio que presidía Miguel Alemán, formando parte de la escena popular con mambos dedicados a los ruleteros, o a los estudiantes del Instituto Politécnico o de la Universidad, en una época en que la vida nocturna parecía presagiar tiempos mejores.
El éxito del mambo al comenzar la década de los años cincuenta fue rotundo.
Muy pronto la orquesta de Pérez Prado se presentaba en los mejores escenarios y centros nocturnos de la época como el Margo, el Río Rosa, el Smyrna o el popular Los Ángeles, además de participar en multitud de películas que no podían desaprovechar el gran éxito del nuevo baile.
El éxito del mambo trajo, como era de esperarse, una serie de opiniones encontradas, que iban desde el director de orquesta Juan García Esquivel que decía que el mambo le agradó desde la primera vez, ya que se identificaba con su manera de utilizar los recursos armónicos del jazz, hasta el ex líder de los músicos Venus Rey, que decía que el mambo era propio de gente inculta y carente de calidad artística o Ismael Díaz que de plano declaraba que: "A mí en lo particular no me gusta y espero que pase pronto la furia de ese ritmo para dejar de tocarlo".
Una de las polémicas que se han dado a lo largo de los años alrededor de la figura de Pérez Prado es aquella que pone en duda la paternidad del mambo. ¿Quién inventó el mambo? ha sido una frase común a la que mucha gente le ha dado respuestas diferentes. Buena parte de la confusión deriva de que el término "mambo" ha tenido cuando menos tres acepciones diferentes a lo largo de la historia de la música cubana. La primera es marcadamente técnica y se refiere a la parte instrumental que como interludio separa diferentes secciones de una composición. La segunda está relacionada con el gran Israel López "Cachao" y su hermano Orestes, que añadieron una sección más rítmica al danzón, a la cual pusieron por nombre "mambo" y la tercera, es el nombre dado por Pérez Prado a su estilo orquestal en el cual asimiló creativamente la influencia de las grandes bandas de jazz norteamericanas y lo combinó con los ritmos tradicionales cubanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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