viernes, diciembre 30, 2005


LA LUPE

Mientras daba su testimonio en una iglesia, La Lupe hablaba rápidamente y en staccato, a golpes de energía, con una voz tan chillona como la de sus canciones. "Me llamaban La Lupe, la Yiyiyi, la reina de la canción latina", decía.Le contó a los miembros de la iglesia que una vez había sido rica y famosa, que había llevado abrigos de visón, poseía automóviles lujosos y una casa enorme.
Pero entonces su vida comenzó a desarrollarse en una cadena de desgracias. Su marido enfermó de la mente, comentó; tuvo que acudir al gobierno para recibir ayuda; mientras colgaba una cortina se cayó y se lastimó la espalda; su apartamento se quemó y ella y su hija acabaron en un albergue para deambulantes.
``A veces'', La Lupe decía a la congregación en unas palabras que se conservan aún en una cinta grabada, ``le preguntaba a Cristo Jesús, porqué había tenido que pasar por tanto para poder encontrarlo''.
Su carácter indómito, y el espíritu libre de una actriz que enardeció audiencias es el tema de la obra de teatro La Lupe: Mi vida, mi destino, de Carmen Rivera, que presenta el Teatro Rodante Puertorriqueño de Manhattan.
La Lupe, que murió en 1992 a los 53 años pobre y olvidada (en el hospital Lincoln del Bronx aparece que la causa de su muerte fue un infarto),
es también la figura principal de una película en la que la actriz de cine y televisión, Lauren Vélez, es la protagonista y de un documental realizado por Ela Troyano. El nuevo interés que ha despertado href="http://www.bibliotecacubana.com/bcub/dd_search.asp?id_document=10&text_search=La">La Lupe puede explicarse, en parte, por el auge de música latina, aunque la fascinación con ella recorre ya varias décadas. Su voz de cantante de soul ha sido utilizada en producciones de ballet y en filmes del director español Pedro Almodóvar, y ha sido reeditada (grabada) en CDs.
En sus comienzos La Lupe se presentó junto a Tito Puente y Mongo Santamaría para luego despegar como solista. Vendió miles de discos, actuó en el Carnegie Hall y apareció en los programas de televisión de Merv Griffin y Dick Cavett. Sus canciones iban desde afrocubanas hasta rancheras e incluso rock americano. Sin embargo, las canciones que la hicieron famosa --¿Qué te pedí?, Puro teatro y La tirana-- hablaban de amores desgraciados y problemáticos.
Cuando La Lupe, cuyo verdadero nombre era Guadalupe Victoria Yoli --nacida en una de los lugares más pobres en Santiago de Cuba-- se mudó a vivir a Nueva York en el año 1962, ya era famosa. Decía que había logrado un bachillerato como maestra a insistencias de su padre, pero prefirió convertirse en cantante, primero formó parte de un trío con su marido, y luego como solista en un pequeño club en La Habana.

Luis Caballero, director del documental La Lupe: Mi vida, mi destino, recuerda cuando era teenager quedó en shock cuando la vio actuar en un pequeño club en Puerto Rico. ``Se quitó la peluca, tiró los zapatos, se golpeó contra lasparedes'', comenta. ``Salía del escenario y regresaba. No entendía por qué. Parecía que estaba loca, pero a la gente le encantaba''.
La actuación impulsiva de La Lupe dio lugar al rumor de que usaba drogas, sin embargo, sus amigos más cercanos siempre lo negaron. Según Antonia Rey, una actriz cubana que también era madrina del hijo de La Lupe, René Camaño, ``Lupe siempre cantaba así, a veces había que darle oxígeno cuando salía del escenario, porque no podía respirar. Era demasiado intensa''. La Lupe también tuvo una hija, que hoy día tiene 26 años llamada Rainbow García.
Camaño, el hijo de La Lupe, que hoy día es asistente en un estudio de música en Nueva York, ha estado intentando, junto con su hermana, recuperar los derechos de autor y regalías de su madre. Según él, lo que la gente llamaba excentricidad en su madre era sólo su manera de ser única. ``Ella era una mujer muy fuerte, independiente, pero también una madre muy cariñosa que estaba adelantada a su tiempo''.

En una entrevista que dio en 1971 a la revista Look comentó: ``Yo creo que le gusto a la gente porque hago lo que ellos quisieran hacer pero no se atreven''.
Carmen Rivera, autora del documental, cree que la carrera de La Lupe se fue a pique por sus tragedias personales --una lesión en la espalda que la dejó en silla de ruedas por un tiempo y luego con un bastón-- y porque se asoció con las personas equivocadas y firmó contratos que no debía haber firmado. Según su hijo, debido a todo esto perdió muchas oportunidades dentro de la industria de la música.
Para la década de los 80, cuando comenzó a tomar unas clases en la Universidad de Lehman en el Bronx, ya nadie la reconocía: estaba con sobrepeso, coja y muy mal vestida. En un testimonio que dio en su iglesia, La Lupe dijo que se había matriculado en la universidad para utilizar el dinero de las becas para renta y comida. Rosalba Rolón, directora del teatro Pregones del Bronx y profesora de literatura caribeña dijo que la cantante era una estudiante de ``A'' en suclase. ``Tenía una dicción perfecta'', comentó Rolón. ``Un día otro estudiante le dijo: `usted tiene una voz tanlinda, ¿canta?' Y ella contestó, ``Sí, me gusta cantar''.
A mediados de la década de los 80, La Lupe, que vivía en unos apartamentos del gobierno y luego en uno en el Bronx, abandonó la santería para ingresar a la iglesia evangélica. Más tarde logró ordenarse como ministro pentecostal y predicaba en el sur del Bronx.
``Parecía contenta y en paz'', comentó Rolón, quien se hizo muy amiga de La Lupe. Decía que de pequeña su madre le tenía prohibido verla
en TV porque consideraba su espectáculo muy fuerte.
Durante sus últimos años La Lupe se ganaba un pequeño sueldo como cantante de música cristiana.
Rivera, que ha escrito varias obras sobre la vida de distintas mujeres, incluyendo Julia de Burgos: hija del agua sobre la vida de la poeta, y La Gringa, sobre la búsqueda de identidad de la mujer latina, dijo que el reto al contar la vida de La Lupe era ``quitar todo lo que era chisme''. Habló con docenas de personas que conocieron a la artista y que trabajaron con ella. Algunas describieron a La Lupe como una santa, otras como difícil, exigente y peleona.
Luego de ocho meses de investigación, Rivera utilizó sólo aquella información que pudo confirmar con distintas fuentes y enfocó su obra en una predicción que le hicieron a La Lupe cuando se inició en la santería: será bien famosa y luego caerá.
``No sé cuánta importancia ella le prestó a esto, pero a mí me impresionó mucho'', dijo Rivera. ``De eso se trata la obra: su intento de esquivar el destino''.
Tomado de: La Lupe, resurrección de una cantante de `soul' Mireya Navarro The New York Times

No hay comentarios.: