jueves, marzo 13, 2008
ORQUESTA DEE JAY DE NUEVO AL ATAQUE
EL RETORNO DE LA ORQUESTA DEE JAY
Por: Carlos Fajardo G.
Cuando Jerry Hernández, - siendo aun un infante -, deambulaba entre los edificios habitacionales del vecindario de Manhattan, ya sabía que iba ser músico. Y deambulaba por aquellas calles no precisamente sin rumbo fijo, sino que certero se dirigía frente a las vitrinas de las tiendas musicales, para contemplar desde allí y casi incrédulo, las formas y los colores de aquellos instrumentos indescriptibles. Fue su padre quien debió comprarle varios ellos, en serie, en una búsqueda tan incesante como incierta en sus primeros años. Su madre era cantora y su tío guitarrista.
Al respecto de esos tempranos tiempos, - y del extraño llamado de la música en sus prístinos oídos -, aun le quedan claros recuerdos, que en un caso así deben ser imborrables. Recuerda la cercana orquesta que había conformado uno de los vecinos, y que de vez en cuando visitaba también con su progenitor, pero que pronto acabó por el fanatismo religioso de la esposa del director. Evoca a Sammy de León, un muchacho con el cual prácticamente se crió, y que con el tiempo llegaría a conformar una orquesta que entre bambalinas igual alcanzó a enviar su mensaje: La Fantástica.
Pero el acontecimiento que quizá marcó para siempre aquella corta existencia sucedió en el año de 1958, en la celebración del Día de Puerto Rico, a los ocho años: a su paso, la banda callejera lo detuvo sobre la acera, y desde allí pudo contemplar en detalle todo el esplendor de los sonidos que retumbaban en las paredes y se fugaban por las esquinas. Entonces, una de sus inmediatas metas personales fue conformar esa misma banda, y después de lograrlo, estuvo aquí y allá, siempre sonando del modo más intenso y exploratorio, hasta el descubrimiento de Eddie Palmieri & Compañía. Cuando Jerry Hernández, - siendo ahora un jovencito -, deambulaba entre los edificios habitacionales del vecindario de Brooklyn, ya sabía que iba ser músico de Salsa. Y deambulaba por aquellas calles no precisamente sin rumbo fijo, sino que certero se dirigía a ser parte de una de las mejores bandas del movimiento salsero en todos los tiempos: la Orquesta Dee Jay. Finalmente se había quedado con el trombón.
Para cuando llegó a la Orquesta Dee Jay en 1969, la agrupación ya había sido creada y con tal nombre, fruto de la abreviatura del apellido de George De Jesús, a su vez heredada de los días del servicio militar. El caso es que George no pudo hacer el bautizo que hizo Willie Colón con su orquesta, ni el que hizo Larry con la Orquesta Harlow, puesto que entonces hubiese quedado la Orquesta De Jesús, quizá solo perfecta para su antigua y fanática vecina. De tal modo, nunca se pensó ni siquiera en considerar otro nombre, y en realidad que el elegido resultó siendo un rotundo éxito. La plantilla de la Orquesta Dee Jey quedó conformada así:
George de Jesús – Bajo y líder
Mario Marrero – Piano
Emilio Barreto – Congas (1)
Harry Fermaint – Timbales
Mike Ruiz – Bongó
Jerry Hernández y Joe Rivera – Trombones
Joe Rivera - Voz
Fueron tiempos de fuertes borrascas culturales y musicales en los E.U., las décadas de los 60’s y 70’s aterrizaban en todo su esplendor y complejidad, la comunidad latina se apropiaba de importantes espacios en donde rápidamente ganaría un notable protagonismo. Particularmente en el mundo de la Salsa había muchas bandas ingresando o habiendo adquirido ya un nombre, el bugalú todavía destellaba los marcados rayos de su corto esplendor, artistas como Jerry Hernández se abrieron paso hombro a hombro con otras destacadas figuras como Adalberto Santiago, cantante de Ray Baretto, Ángel Rivera del Sexteto New Swing, Ricardo Montañéz de la orquesta de Ángel Canales, entre otros. La Orquesta Dee Jay debió pararse en las tarimas junto a muchas otras de las grandes, para mencionar solo algunas están La Flamboyán, Willie Colón, Eddie Palmieri, Richie Ray, Orquesta Harlow, La Protesta, Los Hermanos Lebrón. En una época donde el sonido se constituía en un importante factor diferenciador, - se tocaba a veces con un solo micrófono para una orquesta entera -, de tal manera que como lo expresa el trombonista “...había que tocar a pulmón y labio entero... ”. Y todo era ganable exclusivamente en frente del público, pues ya se imaginará el lector lo muy difícil que resultaba mantenerse en la tarima, y bajo el agrado del respetable. La misma Orquesta Dee Jay adiciona elementos técnicos de gran sonoridad para la época, sacando ventaja de aquellos ante los espectadores.
Público que se concentraba en los más diversos y diferentes lugares, como en el Club Village Gate, que si bien daba cabida en toda su semana al Jazz, había dispuesto los lunes como especiales para la Salsa. Allí habrían de converger los músicos de la Orquesta Dee Jay en calidad inicial de simples observadores, hasta que un lunes cualquiera los invitaron a tocar, subieron y se tomaron el estrado, ‘reventando’ inevitablemente el lugar como resultado de sus acordes novedosos y creativos. El anécdota es interesante ya que el promotor y locutor de la Salsa Symphony Sid tenía por principio no aparecer nunca, así todo el tiempo permaneciera dentro del lugar. Pero esa noche fue tanto el ‘escándalo’ y tan fuerte la ‘movida’, que se vio obligado a salir de su escondite, ha avanzar al escenario, y a presentar con todos los bombos y platillos a la Orquesta Dee Jay.
Había empezado para esta banda un amplio sendero, a veces indetenible, de incursiones y continuas presentaciones, que confirmarían su enorme calidad artística. Ya ha hecho curso la frase de Jerry Hernández según la cual afirmaba entonces “...no he visto la luz del sol en dos años...”. Al pedírsele ampliación, confirma que la aseveración surgió de eventos absolutamente reales, pues tocando de sucesivo en clubes, programas, fiestas y bodas, la única alternativa durante aquella temporada era dormir durante el día. Podían tocar los siete días de la semana en Brooklyn, Nueva York o New Jersey, incluyendo sábados y domingos
Ahora bien, intenso ritmo de trabajo que talvez tiene mucho que ver con el modesto número de Lps de la Orquesta Dee Jay, ya que habiendo salidas casi a diario, durante semanas enteras, apenas se comprende que la banda haya tirado su primer álbum en 1970, “Pa’lante con la Orquesta Dee Jay”, y un segundo álbum en 1972, “Forget it”, reeditado al año siguiente. Otro factor a señalar en este punto es que la creación musical en la Orquesta Dee Jay nunca obedeció a compositores y arreglistas específicos, sino a un trabajo verdaderamente colectivo, de banda, que desde luego y en algún momento, puede resultar siendo más dispendioso y prolongado. Hay que imaginar entonces una orquesta salsera que en sus breves y aproximados seis años de existencia, debió conjugar el tiempo para estar junto a su público y el tiempo para ingresar a las cabinas de grabación, en un ajetreo que al mismo Jerry Hernández le permite señalar en la conversación la amenazante línea del cansancio. Sumando a ello que los músicos del grupo no leían mucho, inclinando toda su labor por el oído: al ensayar, al tocar, al componer, al grabar.
El sonido de la Orquesta Dee Jay es un sonido bastante peculiar. Confirmando la variedad y la diversificación del sentimiento latino cuando se trata de hacer música. Así, el sonido de la Orquesta Dee Jay es totalmente inconfundible. Cuando empiezo a desarrollar las anteriores ideas ante el trombonista, - sobre todo en el contexto de la ciudad de Cali -, nos encontramos de acuerdo hasta que le explico la dimensión local de la palabra ‘guateque’. Es que los caleños encontraron en este término una denominación para mucha de la Salsa que, siendo exquisita, trascendía los intereses de la pista de baile, e invitaba mejor al seguimiento con el oído y talvez con el mismo canto. Pero Jerry Hernández, respetando tal apropiación, revela que toda la música de la Orquesta Dee Jay fue concebida para el bailador, colocando en alta aprueba sus capacidades rítmicas. Es más, la agrupación mantenía una base de amigos y familiares que como buenos fans los acompañaban a sus tantas presentaciones, acompañamiento que iba más allá de hacer presencia y que se traducía en el baile inmediato que confeccionaba este espontáneo grupo de admiradores. No debe entonces hacerse mayor distinción entre los temas ‘montuneros’ como “Yemayá” y “Mi Son”, los temas que podrían percibirse intermedios, como “Te Traigo” y “Las Malas Lenguas”, y aquellos que definitivamente rompen la carátula con su espíritu rumbero, como “Camaguela”. Personalmente y después de la conversación, dejo a manera de conclusión que el sonido de la Orquesta Dee Jay es tan peculiar que la única manera de definirlo acertadamente es individualizándolo, apesar de tratarse de un sonido de masas.
List de “Pa'lante con la Orquesta Dee Jay”
Las Malas Lenguas
Black Shadow (Sombra Negra)
Campesino
Cuba
Camaguela
Yemayá
Te Traigo
La Jara
List de “Forget it”
Mi son
Calunga
Forget it
Maniática
Yemayá y Obatalá
Dile que vuelva
Doña Paula
Buena suerte
Hay en el dialogo alguna nostalgia y sincera aceptación cuando surge el interrogante sobre qué pasó con toda aquella sonoridad fuerte y rica de las bandas salseras de entonces. Sin rodeos, se pasa a hablar en su momento, de la insulsa y nefasta injerencia de ‘lo romántico’, - entre otras cosas -, concepto incluso mal entendido y mal manejado. Hasta el día de hoy se extiende la vana creencia que el oyente es incondicional a los lamentos del corazón, cuando en realidad puede ser que más bien con el corazón lamente tanta banalidad. En el caso concreto de la Orquesta Dee Jay, en 1974 se produjo su disolución, por motivos de estricta decisión interna, en los cuales quizá influyeron un tanto la fatiga antes mencionada, y proyectos como el de Rafael de Jesús con La Cimarrón.
Han pasado desde entonces cerca de treinta y cuatro años, y hoy en día Jerry Hernández, - siendo ya un hombre maduro -, todavía deambula entre los edificios habitacionales del vecindario New York, sabiéndose un músico, un músico de Salsa, ahora dispuesto a emprender el proyecto de revivir la Orquesta Dee Jay. Si, tal cual se desprende de la anterior línea: reorganizarla y recuperarla. Todo ello ha sido parte de un proceso que empezó hace poco más de un año, atribuible al mismo interés de la gente que rodea al trombonista. Jerry, ¿por qué no ensamblar de nuevo la orquesta?, y Jerry responde, porque sería imposible convocar a los músicos otra vez, pero Jerry, es posible congregar a otros músicos, eso mismo le ha dicho la gente. Entonces se colocó manos a la obra en tal labor, y desde luego que ya tiene conformado el nuevo plantel, entre ellos destacando al pianista colombiano Harold Gutiérrez junto a los siguientes talentosos:
Benny Vargas - Cantante
Steven Moon - Bajo
José Cruz - Timbalero
Willie Serano - Bongó
Nelson “Skello” Rojas - Congas
Timothy Fung - Segundo Trombón
Jerry Hernández - Primer Trombón y Coro
Y ensayando una vez a la semana, dos horas por sesión, se encuentran montando inicialmente las cinco o seis primeras canciones, en un valioso esfuerzo que ojalá se encuentre cristalizado plenamente hacia el primer semestre de 2008. Habrá igualmente un website, un video y muchas camisetas y gorras, que de verdad serán un verdadero trofeo para los amantes de la buena música. De tal modo, el retorno de la Orquesta Dee Jay es hoy. Bueno, Jerry, ¿cuál es el mercado al que se aspira?. Ríe cortamente y responde, vamos pa’todo el mundo. Y me deja pensando que es allí precisamente donde apenas justo cabe la potente melodía de la Orquesta Dee Jay.
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