domingo, abril 19, 2009

MASEKELA




TEMAS:
1. night in tunisia
2. been such a long time gone
3. in the market place
4. jungle jim
5. african secret society
6. nina
7. stimela (coaltrain)

Hugh Masekela, trompetista, compositor y cantante
sudafricano nació en 1939 en Wittbank. Empezó su
carrera musical como miembro de la Huddleston
Jazz Band, pero Trevor Huddleston fue deportado
a causa de su posición abiertamente anti-apartheid.


Masekela abandonó Sudáfrica en 1961. Su carrera
despegó verdaderamente en EE.UU. Su mezcla
de pop/jazz africano, tuvo tanto éxito que fundó su
propio sello discográfico, Chisa, a mediados de los
años sesenta. Más tarde, colaboraría con artistas
de la talla de Fela Kuti y Paul Simon

El viento expedicionario de Hugh Masekela, un sudafricano a punto de encontrarse con latinoamerica.
• Ciudadano del mundo, trompetista prolífico en diversos géneros.

Pocos músicos pueden enorgullecerse de una carrera versátil y consistente al mismo tiempo. El mérito es mucho mayor cuando se trata de artistas que vieron coartada su libertad creativa y por poco su vida. Ante la amenaza, una salida afortunada es mirar hacia otros horizontes. En el régimen del apartheid en Sudáfrica, un trompetista salió de su país y comenzó su expedición musical por el mundo: se trata de Hugh Masekela, quien hoy es uno de los iconos de su país y figura importante de la música del mundo y el jazz, al lado de leyendas como Louis Armstrong, Benny Goodman y Dizzie Gillezpie.

Su trabajo tiene una sola premisa y ningún prejuicio: combinar las tradiciones musicales de su natal Sudáfrica con los sonidos que le gustan de cualquier parte del mundo. A partir de ello, su trompeta ha podido escucharse en innumerables grabaciones, desde las primeras que hiciera el patriarca del reggae Bob Marley, hasta el álbum reciente del contrabajista Orlando “Cachaito” López, del Buena Vista Social Club. A la vez, es autor de clásicos eternos como Coal train, Bring him back home, In the market place, U-Dwi y Soweto Blues, entre otros.

Su carrera comenzó muy temprano. Tomó clases de piano durante su infancia y hábil como era con los dedos, supo encaminar ese talento y desafiarse a sí mismo. La historia cuenta que fue un Masekela adolescente el que se vio inspirado por la cinta Young man with a horn, de Kirk Douglas, para decidirse por la trompeta, instrumento que a partir de entonces le acompaña en la vida y con el que se aventura sin prejuicios por el jazz, afrobeat, pop, funk, bebop, rythm & blues o el dance, por nombrar algunos géneros.

Una de sus primeras trompetas vino de manos del propio Armstrong, como regalo del capellán de la escuela donde estudiaba, que había conocido al connotado trompetista en un viaje a Nueva York. Es probable que entonces, Masekela planeara inconscientemente su viaje a esa ciudad para seguir la ruta de ese gigante del jazz.

En poco tiempo se encontró tocando en dos bandas de su país, African Jazz y los Merry Makers, donde conoce a Elijah Nkwayna y Banzi Bangane, dos de sus principales mentores


y primeros ídolos. Antes de cumplir los veinte años, Bo Masekela, su nombre artístico entonces, ya se escuchaba fuerte en bandas como los Jazz Epistles, al lado del renombrado pianista Abdullah Ibrahim, con quien grabó un par de discos.

No conforme, Hugh emprendió su viaje a Nueva York apoyado por la cantante Miriam Makeba, su colega de entonces y esposa después durante diez años. El objetivo era estudiar en la Manhattan School of Music, donde no podía tocar jazz, pero podría escuchar en vivo a las estrellas del género en los clubes de la ciudad. Las trompetas de Dizzy Gillespie y Les McCann eran la sensación en las noches neoyorkinas y Masekela era su testigo.

Pensó que era el momento de retornar a su país para mostrar lo que había aprendido; sin embargo, el homicidio y la prisión abatían a sus hermanos de raza en Sudáfrica. Se dice que por algo ocurren las cosas, así que, preocupado por estos hechos, pero disuadido por sus amigos, permaneció en Estados Unidos para recorrerlo con su trompeta. Eran los años sesenta. Las influencias americanas empezaban a sumarse a favor de un estilo personal que lo distinguió como músico, arreglista y compositor.

Hugh nunca ocultó sus raíces y las referencias a ello son características en su música. Su primer álbum, Trumpet Africa, vio la luz en 1962 y dos años después apareció, The americanisation of Ooga Booga, grabado en vivo y gran éxito en la radio de California. Fue telonero de muchos eventos de la Motown e invitado a decenas de festivales de jazz. San Francisco lo contagió de euforia en 1967, cuando tocó con Sly Stone y Jimmy Hendrix, entre otras figuras.

El gran golpe lo dio con el muy famoso Grazin’ in the grass, cover que hizo al tema de Philemon Hou en 1968 y que lo subió como la espuma. El sencillo encumbró las listas de popularidad y superó a temas como Jumping Jack Flash de los Rolling Stones y This guy is in love with you de Herb Alpert.


Sobre esos años, Masekela Recuerda: “No podía mostrar mi éxito cuando había tal opresión en mi hogar, además no conocía Africa, a pesar de que era de allá. Decidí ir y seguir mi oído.” Regresó a casa guiado por el músico Fela Kuti, quien lo encaminó por los senderos del afrobeat y lo puso en contacto con muchos grupos, especialmente con Hedzollah Sound de Ghana con quien grabó cuatro discos en los años siguientes.

La represión se recrudeció en Sudáfrica. Hacia 1985, los llamados Escuadrones Sudafricanos de Defensa llegaron a Botswana, ciudad en la que el músico había fundado una escuela de música y un estudio móvil. “...vinieron, apresaron y asesinaron a mucha gente, muchos amigos míos. En ese momento el gobierno no podía asegurar la vida de ningún activista sudafricano y yo había sido muy activo.” Musicalmente Hugh transitaba por el género dance, del que se recuerda el sencillo Don’t go lose it baby, del disco Techno-Bush.

Así, Masekela se fue con su música a otra parte, a Inglaterra, país en el que para reinventarse co-escribió la partitura del musical Sarafina! e hizo contacto con otro

aventurero inspirado por Euterpe, Paul Simon. El estadounidense influyó mucho para la internacionalización del trompetista y de otros músicos sudafricanos como la agrupación vocal Ladysmith Black Mambazo y Miriam Makeba. En el Graceland Tour, emprendido por Simon, Masekela rompió más fronteras.

En 1990 regresó a Sudáfrica y se embarcó en el Sekunjalo, un espectáculo gigantesco con las bandas Sankomota y Bayete, que recorrió Pietersburg, Joburg, Durban, Eastern Cape y Cape Town, entre otras ciudades.

Librado de un régimen opresor e infame, Masekela puede seguir su sendero creativo. Hoy trabaja por las nuevas generaciones de artistas en su país, además de que su retorno a Sudáfrica ha provisto de inspiración a muchos músicos que han trabajado a su lado. “Es posible que en la próxima generación, nuestros artistas emigren a otros países sólo como una excepción y no como regla. Si me quedan quince años de vida, los ocuparé para apoyar el desarrollo de una industria artística africana tan dinámica e independiente como la de la India.” Así, el proyecto de este aventurero del arte, está en marcha.

La vocación tiene maneras muy extrañas de revelarse a los ojos del hombre. Son afortunados los que la distinguen a temprana edad, como le ocurrió a Hugh Masekela, el trompetista más notable en toda la historia de Sudáfrica y que vislumbró su futuro mientras veía una película de Kirk Douglas.

Hoy Masekela es un músico mítico que suma la influencia de muchos géneros y la devuelve como una invención propia.

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