jueves, febrero 16, 2012

EDUARDO MARTINEZ Y SU PALO CUERO



Eduardo Martinez y Su Palo Cuero es un ensamble que busca preservar Las tradiciones musicales del folklore colombiano, uniendo la percussion del Caribe Colombiano con otras disciplinas como lo son el Jazz y el Funk, su música explora la influencia de los instrumentos indigenas los cuales pertenecen a la costa atlantica colombiana, como tambien otros de origén africano.
Intrumentación: Tambora, Tambor Alegre, Tambor Llamador, Maracones, Guacho, Gaitas, Saxofón, Trompeta, Bajo, Piano, Bateria

Eduardo Martínez nació el 8 de Agosto de 1967 en Cartagena de India, Colombia.

La historia comienza en el popular barrio “El Socorro de Cartagena”. Allí el pequeño Eduardo simulaba tocar los tambores con una caja de galletas hasta el día que del Comité Cultural le ofrecieron tocar unos de verdad. El oído y la tremenda ejecución que demostró los primeros días mandaron al viejo tamborero a tocar las maracas y a él a tomar su posición.

Con tan solo 10 (diez) años se consolidó como el percusionista de un grupo de adultos. La buena tonada de la banda para representar el folclor dio pie para que les llegara la primera de una larga lista de invitaciones.

Cumbia, garabato, porro y bullerengue eran los ritmos con los que atendía sus invitaciones y armaba la rumba en los festivales de pueblos cercanos como San Jacinto de Bolívar, San Basilio de Palenque, San Nofre y toda la región de Bolívar.

La mejor sorpresa de su vida él mismo la preparó. Cuando acabó el colegio sus padres le dijeron que con lo que había dado la banda y un préstamo que ellos le harían se completaba la plata para poder estudiar. De esta manera La Escuela de Bellas Artes recibió a Martínez. A quien no era difícil pronosticarle que Música sería su carrera. Una profundización en batería, solfeo y clarinete, durante cuatro años, lo convirtieron en un profesional del sabor.

Con el grupo de la escuela llegaron las giras nacionales y las invitaciones a los festivales más importantes del país. Viajar haciendo lo que más le gusta era un sueño cumplido y otro se dio cuando, en un festival de bandas, un cazatalentos del Ballet de Sonia Osorio lo fichó y contrató para que tocara las kongas.

Las giras internacionales no se demoraron en llegar. Públicos de Venezuela, Brasil, Chile y otros países de América se deleitaron no sólo con el repique de sus cueros sino también con la historia de la música colombiana. Paralelamente a sus trabajos y estudios Martínez investigaba el origen de sus toques, de los instrumentos y de los primeros compositores. Así se dio cuenta de que la música es la esencia de cada región y va ligada con sus raíces. “Yo nunca me le he medido a tocar o componer música de otros países, pero lo que se toca hay que sentirlo, entenderlo y obviamente gozárselo”, afirma Eduardo con la frescura de un cartagenero dedicado a los tambores.

Ofrecimientos de varios grupos para que tocara con ellos terminaron en seis años al lado de Totó la Momposina y presentaciones por diferentes lugares del mundo como el Festival de Percusión en Seúl, Corea y los de tambores en Italia y Alemania, entre mucho otros.
En este lapso su nombre también quedó escrito en el disco de Totó, Candela Viva, que se grabó en los estudios de Peter Gabriel en el año 1992, y que también originó innumerables presentaciones por todo el mundo.

La Negra Grande de Colombia, Nicoyembe, el Ballet Folclórico Nacional de Días Granados e infinidades de reconocidos solistas le solicitan su compañía en los tambores de amarre.

Las distintas investigaciones de Martínez lo han llevado como ponente a representar a Colombia en distintos Festivales y Simposios.
Su más reciente participación fue en el Festival Internacional “Todos los Tambores del Mundo” organizado por el CONAC en Venezuela. Martínez realizo una ponencia donde demostró sus grandes dotes expositivos e interpretativos tanto con las gaitas como con los diversos tambores de amarres. El sabor del Caribe fue fácil de transmitir por este músico que lo siente y lo lleva en la sangre. La presentación de Eduardo habló por si solo del nivel musical colombiano y de la magia que posee el sonido de unos tambores bien tocaos.

En el 2004 el reto que se planteó Eduardo fue su trabajo discográfico. Al mismo tiempo que se lanza como “leader” de su propia agrupación, la cual denominó “Palo Cuero”. Este fonograma lo produce su “manager”, Mariana Silvera A. Una representante de artistas en el género del jazz alternativo, productora de eventos, venezolana radicada en Puerto Rico. Silvera firmó a Martínez después de escuchar su música en el Festival Todos Los Tambores del Mundo. Esta es una producción colombo-venezolana. El concepto que propone esta coproducción se enmarca dentro de la fusión de la música tradicional colombiana con elementos del jazz….

Esta música muestra una influencia de corte indígena que se observa en la utilización de instrumentos como las “Gaitas”, los cuales pertenecen a la cultura del Atlántico Colombiano. De la misma forma se encuentran presente elementos de procedencia africana, representados en la diversidad de ritmos generados con los tambores de amarres y en los cantos propios de la región del Caribe Colombiano.

Toda esta riqueza percutida está inmersa en ambientes llenos de atmósferas jazziadas las cuales se recrean con la cadencia del piano, el bajo, la batería y los matices de los metales.

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